viernes, 3 de agosto de 2018

Como prehistoricos

Nos fuimos al teatro tan contentos y al llegar una gran sorpresa nos esperaba. Una cueva, una gran cueva, y cada vez más amigos se animaban a entrar en ella y así dimos comienzo nuestro paseo por la prehistoria.




Nuestra cueva estaba bien pero queríamos otra, una hecha por nosotros, así que nos pusimos manos a la obra y comenzamos a transformar nuestra casita en una cueva prehistórica.



Aunque muchos amigos aportaron mucha información de la prehistoria, queríamos saber más sobre aquellas personas que vivían en cuevas, por lo que visitamos Arqueopinto.













Allí aprendimos sobre como apareció el hombre prehistórico, que comían, cómo vivían, que cazaban...
También realizamos un taller sobre arte rupestre donde nosotros eramos los protagonistas y llegamos a pintar como los hombres de las cavernas, en la oscuridad con un hilo de luz aunque un poco más cómodos y pudiendo llevarnos nuestras obras de arte a casa.







Y después de tanto trabajo, un merecido descanso. Y como si fuésemos prehistóricos comimos en el campo



Al día siguiente quisimos aplicar lo aprendido así que pintamos en nuestra cueva y en el suelo, con palos, con los dedos, con toda la mano. Dibujamos escenas de caza, cotidianas, dejamos nuestra marca, disfrutamos y el resultado fue prehistórico.








También aprendimos que a los antiguos le gustaba "arreglarse" y se creaba sus propias joyas. Nosotros no íbamos a ser menos, por lo que diseñamos nuestras propias joyas, creando diseños simétricos y originales.





Con el cuento de cromiñona descubrimos que los prehistóricos aprendieron a moldear el barro para facilitar su vida.









Pero el curso se acaba y nosotros tenemos que agrupar todos nuestros trabajos para enseñar a nuestras familias todo lo que hemos aprendido. Para ello preparamos nuestra portada.




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